Características
El aporte calórico es muy bajo (30 kcal por cada 100 gramos de fruta) y contiene pocos hidratos de carbono y casi cero grasas.
En cambio, la sandía es rica en:
Vitamina A (en forma de betacaroteno): es un pigmento amarillo-anaranjado que queda enmascarado por otra de color rojo (el licopeno) que le da ese tono tan característico. La vitamina A es necesaria para el buen estado de la retina. Ayuda a formar y mantener la piel, el cabello y las mucosas. Es necesaria para el crecimiento de huesos, dientes y reproducción.
Vitamina C: contiene cantidades significativas de vitamina C (9 mg por 100 gramos). Esta vitamina es esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo, ya que interviene en muchas reacciones metabólicas. Además, al eliminarse por la orina (es soluble en agua) conviene ingerir alimentos que los contengan a diario.
Vitaminas del grupo B: destaca la B6 (Piridoxina) que interviene en los procesos de aprovechamiento de los hidratos de carbono, grasas y proteínas. Facilita la liberación del almacén de azúcares del hígado y de los músculos, siendo esencial para la regulación del sistema nervioso central.
Manganeso: necesario en la activación de muchos procesos celulares. Juega un papel muy importante en la fabricación de proteínas y ácidos grasos.
Potasio: es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Además, el potasio colabora en el equilibrio de agua dentro y fuera de las células.